martes, 9 de agosto de 2011

Los políticos deben volver a pensar en la gente y no sólo en ellos

Día a día el descontento aumenta en la población, el gobierno pierde el apoyo de la ciudadanía y la oposición también pierde credibilidad. Es urgente que la clase política vuelva a su senda de servicio público.

Las últimas encuestas CERC y Adimark marcaron la tendencia a la baja de la clase política en general. La desaprobación y rechazo a todos los sectores indica que la percepción de la gente es que la clase política se ocupa de sus problemas e intereses y ha olvidado su vocación de servicio a la comunidad.

Existe la imagen de un parlamento que no se pone de acuerdo y a partir de eso surgen nuevas voces. Especialmente en el caso de la educación en que sus dirigentes demuestran unidad a diferencia del gobierno que no tiene la capacidad de llegar a consenso con la oposición. Eso la gente lo percibe y de ahí también la desconfianza en cómo los políticos están llevando las riendas del país.

Los resultados que arrojan las encuestas demuestran una histórica desaprobación a la clase política. La CERC arroja que un 11% confía en los partidos políticos, hace 10 años las cifras estaban en un 15%. Si bien en muchos momentos de los veinte años de la concertación también hubo desaprobación, nunca llegó tan bajo y nunca se había dado una muestra de desencanto generalizado.

Toda crisis representa una oportunidad, así lo ven también muchos nuevos lideres que aprovechan estas instancias para exponer sus ideas e intereses ante la falta de compromiso de quienes son los encargados de gobernar. Ejemplos hay varios en países cercanos. Tomando en cuenta esos casos, la clase política debe volver a demostrarles a las personas que ellos son lo más importante, mediante confianza, compromiso y lealtad.